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Sin duda es el mejor ejemplo de supervivencia en territorios que se extienden más allá del Círculo Polar Ártico. Son los
Samis o Saamis (no se utiliza la palabra “lapón”, que tiene para ellos connotaciones despectivas), un pueblo indígena que se
extiende por terreno Sapmi: norte de Noruega, Suecia, Finlandia, y el noroeste
de Rusia. Es uno de los más reducidos del mundo y se cree que el último
indígena de Europa. Hay datos que confirman la existencia de samis en
la Edad del Hielo, hace aproximadamente 10.000 años. Eran tribus nómadas que se
dedicaban primordialmente a la caza y la pesca. Más tarde se dedicaron a la
cría de renos, actividad que actualmente mantiene sólo una décima parte de la
población, eso sí, sustituyendo los perros y los esquís por modernas motos de
nieve e incluso teléfonos móviles. Los sami se han adaptado a la vida moderna,
pero conservando plenamente su identidad. Se calcula que la población sami
ronda actualmente las 100.000 personas, más de la mitad de las cuales habitan
en territorio noruego. Durante muchos años fueron un pueblo oprimido y en
peligro de extinción. Hoy en día tienen
bandera y
parlamento propios.
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La cultura sami se asienta en
tres pilares fundamentales: la lengua sami, la cría de renos y la artesanía.
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-Lengua sami: Existen diez lenguas
samis distintas, seis de las cuales tienen las mismas raíces. Sin embargo
estamos hablando de más que dialectos: un sami que viva en el norte puede no
entender lo que dice uno que habite en el sur y viceversa. El sami proviene de
familia de las lenguas urálicas, como el finés, el estonio o el húngaro, aunque
también utilizan palabras de influencia germánica, La mayoría de samis hablan
también el idioma de la región en la que viven (noruego, finés, sueco y ruso). El
idioma sami, por ejemplo tiene unas 400 palabras para referirse a un reno, y
otras tantas para nombrar al hielo y la nieve.
-Cría de renos: es la principal actividad
de los samis. Del reno lo aprovechan todo: es su medio de transporte principal,
la carne les sirve de alimento, cuernos y huesos para la artesanía, y la piel y
el cuero para ropa y calzado. Incluso la vida cotidiana del pueblo sami se rige
por ocho temporadas, las cuales coinciden con los períodos de cría y reproducción
del reno: partos, marcación, recuento, castración, matanza… En invierno
permanecen en las regiones más frías del territorio y llegada la primavera, se
trasladan a las zonas costeras en un viaje muy largo, durmiendo en lawoos
(tiendas típicas). Únicamente los que se dedican a la trashumancia de renos siguen
viviendo en tiendas. El resto las ha cambiado por confortables cabañas de
troncos, muchas de ellas incluso con acceso a internet y cuyo centro sigue
siendo una gran fuego.
-Artesanía: La artesanía surgió
como respuesta a una necesidad: sirviéndose de las materias primas que les
rodeaban en el medio natural (madera, hueso, cuero, piel, raíces), podían fabricar
objetos cotidianos: (tazas, calzado, ropa, cuchillos, pequeñas joyas, cestos,
bolsos) En la actualidad, la artesanía representa una fuente de ingresos
adicional para la familia.
El traje sami: el kolt
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El kolt o traje tradicional sami ha
pasado de usarse como ropa de trabajo, a vestirse únicamente en ocasiones especiales.
El corte es distinto
dependiendo del sexo de quien lo lleve, y en ocasiones del estado civil, la
edad y el lugar del que provenga, pero los colores son comunes a todos: azul,
verde, rojo y amarillo (los mismos colores que la bandera sami).
Como no podía ser de otra forma, el material del que están hechos son derivados del reno,
lanas, y distintas pieles.
Los más modernos incluyen sedas, terciopelos y otros
materiales sintéticos.
El conjunto se completa con cinturones, gorros, manoplas
y unos simpáticos zapatos con pelo de reno.
El Yoik, o canto tradicional sami
Los Samis pueden presumir también
de tener la forma de expresión musical más antigua de Europa, si bien hace años
fue considerado objeto de persecución, e incluso el que cantaba yoik podía ser
condenado a muerte, ya que se relacionaba con la brujería y el paganismo.
No hay una única forma de yoik. El
yoik es la forma que tienen los samis de describir su relación con todo lo que
les rodea: la naturaleza, el amor, un lugar… y por eso cada yoik es distinto
según quién lo cante.
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El afán de supervivencia ha hecho
de los samis un pueblo fuerte, tanto como por los rigores del invierno como por
la represión política y social que han sufrido a lo largo de los tiempos. Los
samis son la mejor representación de que el pasado puede convivir con la
civilización y los avances tecnológicos, y que se puede participar de sus
tradiciones lejos los montajes turísticos y escenarios teatralizados.
Los samis. Una cultura que sin
duda merece la pena conocer.